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UN DÍA EN LA MENTE DE ALGUNO DE NOSOTROS…

  |   Varis

Salgo de casa, me dirijo a fábrica y pienso en …en muchas cosas: El trabajo que me espera, ayer no me sentí satisfecho con la tarea. En realidad deberíamos cambiar algo…sólo en el movimiento de materiales empleamos , no sé, una cantidad enorme de tiempo y se podría…

 

También pienso en que no hubo suerte en el partido de ayer. De hecho este año, digan lo que digan, no tenemos equipo…
A Sonia, no le va muy bien en el colegio. Yo creo que se esfuerza, pero está en esa edad dispersa que todos hemos pasado. Su madre se enfada pero yo, en el fondo, la comprendo y no digo nada.

 

Me cambio rápido, llego un poco justo de tiempo. Siempre calculo mal. Los paneles informativos repletos de gráficos parecen anunciarme que debo seguir prosperando en mi productividad. Me inundo de ruido y movimientos repetitivos. Sigo pensando en Sonia, en el partido y en estos malditos movimientos de material.

 

Juan, mi nuevo jefe, se acerca con papeles en la mano. Aprovecharé para comentarle que este giro de piezas podríamos evitarlo…pero no puedo hacerlo. Se pone a darme instrucciones y me enseña una montaña de datos que ponen en evidencia lo lejos que nos encontramos del óptimo, dice él. Se va dando tumbos entre las máquinas repitiendo los datos y los gráficos. No hay duda que es competente. Tiene conocimientos y se entrega al trabajo como nadie, pero va tan acelerado que desde el día de la fiesta de fin de año no he podido hilvanar una frase entera para decirle lo que pienso.

 

La culpa es mía, lo sé, pero me va bien sin tener que complicarme la vida.

 

Con Sonia debo hablar. Puede la reflexión de su padre le hará un poco más de efecto. Lo haré este sábado. Después de comer le pido que vayamos a dar un paseo y le explico lo que me ocurría a mí a su edad. Eran tiempos distintos pero en realidad, la edad del pavo es la edad del pavo, hoy y siempre. Ahora saben más cosas, eso sí. Cuando entro en su habitación y la veo frente al ordenador siento un cierto respeto. Me sabe mal molestar. Yo debería meterme en eso de la informática, pero me da un poco de miedo. José ya hizo el paso y ahora esta enganchado enviando correos y entrando en foros o algo así. José tiene mi edad y lleva el mismo tiempo que yo en la empresa. Parece más joven, mucho más calvo, pero más joven.

 

Ahora que caigo, él si que le comenta cosas, sus ideas, a Juan.

 

Ayer me hice la revisión, el chequeo. Seguro que me encuentran colesterol. El médico me dijo que si se obstruye una arteria todo el organismo va mal. “Es como en las carreteras, dijo, si hay un atasco en un punto se colapsa todo”.

 

En la empresa debe ser igual. Un solo atasco en la comunicación debe tener consecuencias graves.

 

Puede que me decida a explicar mis ideas. Probablemente habrá más fluidez. Hablaré con Sonia, hablaré con Juan…

 

En cuanto al equipo de mis colores favoritos me limitaré a ver la tele, tan sólo puedo mirar pasivamente el partido…

 

Hay cosas en la vida en las que uno no puede intervenir, las que están más cercanas pueden modelarse si cambiamos la mirada y la actitud.