EL INFORME
Parece accesible. No se le ve distante y además se expresa con cortesía. De todas formas su sonrisa es demasiado permanente… habrá que ver como responde cuando surjan los problemas. Un Director General recién incorporado ha de mostrarse afable, sobre todo si es extranjero y tan sólo balbucea nuestro idioma. No sé parece como si todo él fuera pose. Además ha venido a la compañía en un momento crítico. Hará cambios drásticos… seguro. Debe esconder algo. Es posible que tenga un plan preconcebido con consignas claras de la central.
¿Y si soy parte del cambio? ¿Parte activa o pasiva? ¿Cuentan conmigo o formo parte de la lista negra?… Mi departamento funciona, no creo que…
-Elvira, estoy en camino. ¿Algún mensaje para mí?
-No, Don Alberto. Todo en calma ¿qué tal la reunión?
-Bien, bien. Ya le contaré. A las cinco estaré en el despacho, habrá que preparar un informe.
Don Alberto circulaba ensimismado en sus pensamientos plenos de incertidumbre. Un nuevo cambio con aparente continuidad en una situación de crisis anunciada a gritos. Miró la tarjeta de empresa en el peaje y se quedó inmóvil unos segundos. Se preguntaba si aquel trozo de plástico le acompañaría mucho más tiempo. La reducción de plantilla era más que rumores. De hecho en la central se había decidido cerrar tres países y agrupar siete delegaciones. Su zona cumplía objetivos, aunque con poca holgura y, en ocasiones, las decisiones macro prescindían de lo particular.¿ Que ha querido decir el nuevo Director con lo de “preparen un informe de futuro”? Hasta ahora siempre había reportado sobre los resultados y como máximo dedicábamos tres líneas a comentar las previsiones. Cuando ha dicho la palabra “futuro” ha gesticulado con los brazos volteándolos tres veces, exagerando con una larga pausa la cadencia de sus palabras.
Don Alberto ha visualizado una imagen virtual en la que aparecía su Director con una madeja de lana entre las manos iniciando una labor de aquellas imposibles que realizan las ancianas tradicionales. Si no fuera por las gruesas gafas que esconden la mirada de Mr.Schult, estaría un poco más tranquilo.
¿Será un examen lo que nos está pidiendo?
– Cuente, cuente Don Alberto… ¿qué tal es?
– Normal, como va a ser con pinta de tener cinco master y con acento extranjero. Simpático, muy simpático, pero…
– Pero que…
– No sé, es un “no se que”. Imagínese, me ha pedido un informe de futuro.
– Madre mía esto es terrible, habrá que inventar todavía más que en los habituales.
– No sé que es lo que desea, porque las previsiones ya las tiene y los comentarios de la dificultad en algunas líneas de producto también. Un informe de futuro debe ser algo más ambicioso y supongo que se referirá a largo plazo, un año o más.
-Don Alberto el futuro no es un año. Acuérdese de la canción “que diez años no es nada, que febril la mirada…”
-No me venga con canciones, yo que sé lo que va a ocurrir en el futuro. Si me hubieran explicado la reunión de hoy hace unos meses…
– No se apure Don Alberto, hagamos un poco de literatura y ya está.
– Sí, pero me temo que es hombre de pocas literaturas y además es extranjero. Habrá que poner cifras. Déjeme unos minutos y empezaremos enseguida. ¿Me trae un café?
Pondré un gráfico, de los últimos cinco años y proyectaré el futuro. ¿Con qué tendencia?… si sigo la tendencia es aceptar que nada cambia y él ha venido a cambiar las cosas. Si soy pesimista puedo engrosar su lista negra, si es que todavía no estoy en ella, si soy optimista será un punto de partida para exigir resultados. Además el mercado, los clientes y la competencia. Los recursos de que dispongo. No, parecerá que me quejo de algo y si no pido nada más que soy inmovilista o confiado…
– Ya lleva la sacarina, ¿empezamos?
– El título: Informe de futuro. No, queda poco creativo. Previsión de la actividad futura. No, tampoco. Queda poco seguro. La futura realidad, ¡qué tontería! Proyección de futuro, queda continuista. La nueva situación de nuestra empresa en el futuro, fatal… ¡Yo que sé!
– ¿Y si empezamos mañana Don Alberto?, el futuro tendrá un día menos…