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EL SUEÑO SE DESVANECE…

  |   Reflexions Golf i Empresa

Tengo que apuntarte cinco. Lástima de este último putt.
-En realidad lo he hecho por facilitarte el juego. Estaba en tu línea y me he precipitado. Un golpe tan fácil y no ha entrado ni por la cocina…
Don Alberto ha realizado uno de sus actos de precipitación. La serenidad necesaria que tan bien aplica en sus habituales negociaciones de trabajo ha estado ausente en esta ocasión. Es curioso ver como está actuando en el juego como en sus inicios profesionales, cuando para cada gestión, para cada entrevista no sabía medir su tempo y se aceleraba dando más información de la necesaria y ensañando sus cartas antes de que fuera necesario. Ahora, en su nueva afición le ocurren cosas como si hiciera regresión a su infancia.
Un día soñó con una tarjeta fantástica. Una sucesión de pares y birdees totalmente alcanzables que le situaban en lo más alto de la clasificación de su club. Creyó firmemente en su sueño e inició el partido con sólida confianza.
Le ocurrió como a aquel alumno del famoso arquitecto Louis I Khan. Explica Khan …
Un joven arquitecto viene a plantearme un problema: “Sueño espacios llenos de maravilla. Espacios que se forman y se desarrollan fluidamente, sin principio, sin fin, constituidos por un material blanco y oro, sin junturas. Cuando trazo en el papel la primera línea para capturar el sueño, el sueño se desvanece”.
He aquí un buen problema. Una vez aprendí que una buena pregunta es más importante que la más brillante respuesta.
Este es un problema que concierne a lo inconmesurable y a lo mensurable. La naturaleza, la naturaleza física, es mensurable. La sensación y el sueño no tienen dimensiones, no tienen lenguaje, y singular es el sueño de cada uno.
Sin embargo, toda cosa creada obedece a las leyes de la naturaleza. El hombre es siempre más grande que su obra porque nunca logra expresar plenamente sus aspiraciones. Para expresarse a sí mismo en música o en arquitectura, se debe recurrir a los medios mensurables de la composición.
La primera línea sobre el papel es ya una medida de lo que no puede ser expresado plenamente. La primera línea sobre el papel es poca cosa.
Así ocurre también en el golf. El golpe de salida, es poca cosa. No tiene nada que ver con aquello que había soñado.
El sueño de Don Alberto también se desvanece en el segundo hoyo, cuando ve que no le será posible alcanzar lo que, sin duda, era utópico.
Esta es la frustración del jugador que ejercita una cierta regresión a la infancia cuando se enfrenta a la verde alfombra… esperanza o utopía.