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REGALOS Y RECUERDOS. La memoria es asimétrica

  |   Reflexions Golf i Empresa

A Don Alberto le han hecho muchos regalos de navidad. Cosas típicas y tópicas pero, además es un buen sujeto de regalos ya que su afición por el golf provoca un sinfín de posibilidades para acertar en el obsequio.
Cuando pidió la línea rápida de conexión a internet con un discurso futurista, su secretaria- Elvira- no podía esconder una sonrisa irónica. Sabía que la única motivación que tenía su jefe era la de descargar velozmente las webs de los distintos campos, hoteles, productos e incluso juegos de prácticas que se encuentran en la red.
Elvira sabe que el “está en una reunión fuera del despacho” significa realmente que debe estar en el hoyo siete o el ocho y que “está reunido” , simplemente, es que juega con su investigación de mercado soñando con las posibilidades de nuevos campos para visitar.
Se ha encontrado estas fiestas con una bola gravada con un Papá Noel. Si se tratara de Josep Pla, el insigne escritor, sería un regalo útil. El ampurdanés no jugaba al golf, pero si lo hubiera hecho seguro que hubiera impactado con la máxima potencia colocando la bola de manera que la cara del palo “acariciará” al muñeco rojo y barbudo. Decía que con la maravillosa y sutil tradición de los belenes, le parecía poco apropiado la importación de abetos y barbudos.
Para Don Alberto es un regalo de vitrina que guardará junto con las bolas insignia de los distintos campos en los que ha jugado.
Recuerdos y regalos, que avalan la memoria asimétrica. Es un refugio para la supervivencia. Recordamos los momentos buenos del pasado y les damos forma con fotografías y objetos que hacen olvidar los sinsabores. Es una ley de la naturaleza que no se aplica necesariamente al mundo empresarial. Nuestro protagonista acudió a una reunión la pasada semana, esta vez real, y su cliente le atormentó con los dos únicos errores que había cometido su compañía en los últimos cinco años de relación comercial. ¿Y los aciertos?, pensaba él mientras aguantaba el chaparrón, no me nombra los aciertos que en realidad son multitud…
Qué distinto se presentan estas dos realidades. La bola de la estantería le recuerda aquellos pocos golpes memorables, pero cuando ve el expediente del cliente traga saliva pensando en los errores.
La percepción, en el mundo de la empresa nunca es neutral. Dice Tom Peters, el gurú del management, que diez cosas positivas se anulan con una sola e negativa.
Los clientes son injustos, pero repite Peters “…¡Es que son los clientes!”, y así miramos la cosas.
Vemos aquí una de las pocas diferencias que entre estos dos mundos, salvo que nos planteemos nuestro periplo por los campos como un calvario y entre golpe y golpe no dejemos de flagelarnos mentalmente.
Han pasado las navidades y el crudo invierno, hemos hecho el cierre del ejercicio y estamos inmersos en nuevos proyectos, nuevas ilusiones, acumulando recuerdos y vivencias.
Recomendamos a Don Alberto que se regale en todos los ámbitos el recuerdo de los éxitos. Esto le hará avanzar en su juego y en la empresa, porque aprendemos de los errores pero sólo avanzamos pensando en los aciertos.